A veces Nostalgia llama a mi puerta y se instala unos días. Es una vieja amiga, que se presenta sin avisar y se queda siempre más de la cuenta.
Ella es así, pero aún con todo me alegro de verla.
Charlamos sobre nuestra infancia y juventud, del primer amor, nuestra tierra y gente, de los que ya no están aquí y los que se quedaron allí, de todos los momentos únicos e irrepetibles que no van a volver.
Ella es así, en su feliz melancolía.
Hace poco ruido, la verdad, pero su presencia es inoportuna, y sus conversaciones, agridulces. Me habla de lugares borrosos y épocas lejanas, de vivencias que casi no recuerdo, o de otras que preferiría olvidar. Y yo le pregunto, esto a cuento de qué viene ahora.
Ella es así, no pasa página.